LA MANO HORADADA
ALFONSO VI
Alfonso
VI huyendo de su hermano Sancho II, después de escaparse de su prisión
en el monasterio de Sahagún disfrazado
de monje, vino a refugiarse con el rey moro de Toledo, Al-Mamun, el cual
le acogió de corazón y le ofreció para su residencia el palacio de Galiana,
a la orilla del Tajo. Entre ambos hubo un acuerdo, el moro le trataría
fielmente y le proporcionaría todo lo necesario para que no le faltara
de anda en su estancia en Toledo, el cristiano juro ser leal y ayudarle
en lo que necesitase y claro esta no salir de los límites de la ciudad
sin su licencia. |
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La
vida de Alfonso era muy desahogada y tranquila, sus principales diversiones
eran la caza, paseos por los bellos parajes de Toledo, charlar con los
hombres más cultos del reino de Al-Mamun y por su puesto los torneos.
Al-Mamun acudió un día al palacio de Galiana invitado por Alfonso a un
ágape, con el rey musulmán acudieron también consejeros y hombres de confianza.
Después de la comida la conversación entre estos discurrió hacia la ciudad
de Toledo, se afirmaba su gran fortaleza e inexpugnabilidad. Estaban platicando
sobre el tema cuando Al-Mamun con rostro preocupado se levanto y salió
al jardín, inmediatamente detrás de él salieron sus hombres de confianza
y consejeros. Como era la hora de la siesta y hacía calor se sentaron
debajo de unos árboles sobre la jugosa y fresca hierba. De esta forma
tras sentarse empezaron a hablar sobre los puntos débiles de Toledo, y
ahí fue cuando se suscito una conversación, unos decían que Toledo jamás
podía ser tomado por la fuerza mientras otros afirmaban que si quitasen
el abastecimiento durante 7 años seguidos tomando los campos viñedos y
arboledas, todos asintieron pero legaron a la conclusión de que necesitarían
gran gasto de soldados y dinero para poder durante siete años realizarlo.
Mientras esto discutían Alfonso desde lejos les oía discutir pero el tono
de estos era muy bajo decidió acercarse a unos matorrales que estaban
cerca y tumbarse para escuchar lo que decían y así lo hizo.
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La discusión fue acallada por el Gran Al-Mamun todos le escuchaban atentos cuando decía que Toledo tenía un gran punto débil, la fachada que daba al este, no tenia río, seria muy fácil entrar por ese lado mientras todos le escuchaban empezaron a caminar para desperezarse, en ese momento fue cuando vieron a Alfonso tumbado sobre la hierba dormido. Todos se sobresaltaron pero Al-Mamun para comprobar si verdaderamente estaba dormido se le ocurrió una treta. | |
En
voz baja para no despertarle pero suficientemente alta para que lo oyera
si se hacía el dormido pidió que le trajeran plomo fundido, al instante
trajeron la marmita y el fuego y lo derritieron allí mismo. Alfonso tenia
una mano extendida y una vez derretido pensaban acercárselo a la mano,
de esta manera si estuviera despierto la quitaría y le descubrirían, poco
a poco le fueron acercando el plomo ardiendo a la mano este no solo no
la quito que ni siquiera se inmuto. Fue cuando el plomo ardiendo toco
su mano cuando este chilló de dolor como un lobo, Al-Mamun tras lo visto
respiro tranquilo y supuso que estaba dormido. Si estaba dormido eso nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que tiempo después cuando Al-Mamun no reinaba Toledo Alfonso entro en Toledo por la puerta del este, desde entonces esa puerta recibe el nombre de la Puerta de Alfonso VI( el de la mano Horadada). |
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