Luz
Imperecedera
La
tradición cuenta que el rey Alfonso entró en la ciudad por
la puerta antigua de Bisagra, que en la actualidad lleva su nombre, acompañado
de un gran séquito de importantes personajes. Cogió el camino
natural y mas directo, aunque mas difícil por su tremendo desnivel:
la cuesta del Cristo de la luz. Atravesó la puerta de Valmardón
y cuando su caballo pasaba frente a la mezquita, se arrodilló negándose
a avanzar. El caso se tuvo por insólito y ante la persistencia
del equino en su actitud se pensó que era una viso del cielo. |
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Buscando
la explicación de este sorprendente hecho, se penetra en el templo
y se observa que desde uno de los muros sale un potente resplandor que
ilumina el recinto. Se ordenó excavar en el lugar y se encontró
oculto tras el muro el crucifijo que, a pesar de casi cuatro siglos transcurridos
en su encierro, mantenía viva la llama de una lamparilla, gran
contento produjo entre los conquistadores, quienes tomaron al Cristo y,
encabezados por el, llegaron hasta Zocodover.
El crucifijo se colocó en la antigua mezquita cuando ésta fue consagrada y dispuesta para el culto cristiano, tomando desde ese momento el nombre de la ermita del Cristo de la Luz. |
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