El Origen de la ciudad de Toledo se vuelve
mitológico desde la perspectiva romana. Siendo numerosas
leyendas las que atribuyen a Hércules su fundación.
Pero
lo cierto es que en el año 193 A.C. las legiones romanas
al mando del Pretor Marco Fluvio Novilator conquistan la ciudad
casi sin resistencia. Para los romanos Toledo era una ciudad pequeñita
pero bien fortificada debido al cauce del rió.
Prueba del paso de los Romanos por Toledo son
por ejemplo el monumental circo romano de 420 metros de largo,
que aun subsiste en la ciudad. O el ingenioso acueducto para abastecer
la ciudad de agua del que hoy solo quedan restos a cada lado del
río. Aunque aún subsisten numerosas ruinas que delatan
la presencia de estos en Toledo, como por ejemplo una alcantarilla
romana enfrente de la puerta del sol, o como último descubrimiento
una fuente enfrente de la estación de trenes en el paseo
de la Rosa cuyo objetivo era dar la bienvenida a los viajeros.
Por último como prueba del urbanismo romano,
queda patente en la única calle de origen romano que conserva
la estructura de entonces la calle "ALFILERITOS". |